«Hipocresía» de Celia Pérez
Caminamos hacia atrás, en vez de avanzar y evolucionar. Nos aferramos a pensamientos hipócritas y tratamos de concienciar a las nuevas generaciones de algo que no ponemos en práctica para ofrecer ejemplo, los utilizamos para que en un futuro enmienden los errores que nosotros cometimos y no nos preocuparon en su momento. Hipocresía, ¿desde cuando existirá esa palabra? Nosotros, las antiguas esperanzas del cambio, hemos conseguido transformar un problema que empezó sin nuestra colaboración en algo inconmensurable que necesitará mucha voluntad para ser frenado. La belleza no es importante, me solían decir, pero nunca me lo llegaron a enseñar. Desde “tu aspecto no es relevante si muestras carisma” que se le ocurrió decir a mi madre antes de sermonearme por haber aparecido en mi graduación con una camiseta de Nirvana y unas converse desgastadas; pasando por el célebre “te querrán por tu afabilidad, no por la cantidad de maquillaje que cubra tu rostro” de mi jefa para después despedirme por las constantes quejas de los clientes hacia mi aspecto; y es importante no olvidar el repetido “lo importante es el interior” cuando aún así, todos sabían que él me iba a rechazar. ¿Cuál es el punto? ¿Cuál es el premio? Hipocresía. Hipocresía que se dispersa y se normaliza. Hipocresía, lo que hace que esta realidad no esté preparada para las personas obesas.
Foto: #fotoa11
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